Incontinencia Urinaria en el Adulto Mayor

Es el escape involuntario de orina, que usualmente es asociado con la edad, a tal punto de que “es esperado” y considerado como normal. Hay muchas causas de incontinencia urinaria y lo mejor es que, con el debido diagnóstico, en la mayoría de los casos, se puede tratar, si el paciente es evaluado tempranamente.

Dentro de la evaluación por este síntoma tan molestoso, que puede ocurrir tanto en mujeres como en hombres, e incluso en adultos jóvenes; se le diagnosticará el tipo de incontinencia que presenta, pues no todas se manejan de igual forma.

En algunos casos ocurren pérdidas accidentales de pequeñas cantidades de orina asociado a esfuerzos, cuando tose, se ríe o estornuda, o cuando realiza algún tipo de ejercicio; en otros, esta pérdida es frecuente o intensa y asociada a una sensación urgente de orinar; en otros casos las pérdidas son en pequeña cantidad y frecuentes, insinuando que sí se está miccionando, sin percatarse que lo que en realidad ocurre es una retención de orina por alguna causa.

Lo cierto es que, en la mayoría de los casos, cuando un adulto mayor debuta con esta condición, sin un adecuado diagnóstico o manejo, se recomienda directamente la colocación de pampers al paciente, ocasionándole la costumbre y mayor dependencia para esta actividad básica de la vida diaria, sin recurrir a la herramienta costo efectiva, pero poco tediosa para los cuidadores, del vaciamiento frecuente, evitando las infecciones urinarias y los gastos exuberantes que esto conlleva.

Sin mencionar que, dentro de las múltiples causas reversibles, es decir, tratables y/o controlables con terapia de rehabilitación, están: las infección de las vías urinarias, cistitis, prostatismo, medicamentos (diuréticos o calcioantagonistas), masas, pólipos o piedras en la vejiga, fístulas, prolapso de órganos pélvicos, fístulas o problemas neuromusculares, e incluso la diabetes.

Es menester recalcar que es frecuente que ocurra en personas adultas mayores, pero NO por ser frecuente significa que es un proceso normal ni fisiológico del envejecimieto. Es necesario buscar ayuda para el correcto manejo del paciente y evitar que por desconocimiento, tardíamente, generemos a un paciente más dependiente, aumentando los costos de los cuidados.